viernes, 21 de marzo de 2014

A System for Liberation

During an artistic residence at the Revolver Gallery in Peru in 2010, José Luis Landet built a machine to draw backwards. Using a television screen and closed-circuit cameras, the device filmed the paper backing on which Landet drew while watching the inverted image projected live by the monitor, creating a mirror effect. This experiment resulted in more than a hundred drawings emanating madness and fragmentation derived from the effort implied in working with the opposite brain hemisphere.
  
A machine that reorganizes and undoes all that has been learned, a mirror that reflects the sinister in every cognitive and programmatic act may be the only way to rebuild the meaning. Not as a conscious and rational process but from the blind imbalance, for fate to re- level the ever  tense relations between the standard and the excess, between reason and instinct, between the human and the machine. That gesture, working from the disproportion and dislocating our perception, re-unites and reconciles us with the neglected hemisphere. And as in an act of faith, it invites us to reflect from the margins and outside the patterns on other models of building relationships.
We are the children of a generation that suffered the programmed dismantling of its cultural and educational project.  We are a generation which questioned the foundations of an authoritarian, selfish and unequal society, and was thus persecuted and combated. Today we live in a fragmented way and walk among splinters, represented by the anguish of knowing that no existing systems work and that perhaps the only way out of this restlessness and lack of faith is turning all that has been learned upside down.

When tradition is presented to us as a terrifying reminder of what has been imposed, one possible solution may be to look at the margins. Maybe, there lies the possibility to amend our bonds with the past and turn it into our present.

In painting, margin is not only the edges of the frame but also the pictures that are part of an area outside the world of art, and which were painted by people who are not considered artists or whose works are not considered "art". Pictures by amateur painters, Sunday painters, working in the shadows; their signatures - always appearing in the margins-do nothing more than reaffirm their anonymity. Paintings which will be sold for a small sum of money that will hopefully amount to the cost of the materials, canvas destined to be second-hand objects at a  flea market.

Just as the remains of a flood, Landet collects these seemingly harmless paintings but that keep residual forces of a conservative and reactionary past within its matrix, this also being part of the mediocre imaginary construct of a bourgeoisie that continues to resist- even to this day- crouched and condemned to live the bucolic course of a concept of tradition that no longer belongs to anyone.

There again, the system rearranges itself to create a new order. Landet strips and reveals what we, because it’s located in the margins, don’t often want to see. He reorganizes the material in a way that dismantles it at the same time. Working from the denial of the shape presented to him, he creates a monstrous yet vital device which compels us to observe and rebuild from a lost time – which isn’t that time of utopias of revolution and emancipation once denied to our parents, but a time out of time which assumes fragmentation as constitutive and not as a consequence and effect of such dismantling. A statement also built on the remains of a question as uncomfortable as necessary: if past presents itself with a terrifying image and every system has become inhumane, what tools are left for us to reconnect with what has been learnt?

The arsenal offered by Landet brings out into the open that a certain tradition in the margins of contemporary art having lost its splendor consists of opaque images of sceneries where the agricultural bourgeoisie built the Argentinean landscape, and that an invisible cemetery lies beneath the land. Many of the paintings found by Landet at flea markets are part of that nostalgic imaginary articulating the power, the culture and the economy of the bourgeoisie with the myth of the pampas. Landet, like an anthropophagous, deconstructs the costumbrist imaginary by slicing it; he puts together all its fragments to create a distorted universe which in a baroque, excessive, and vital abstraction gives us back the sinister excess of having liberated us.


Tomás Espina
Syd Krochmanly


Un sistema para la liberación.


Durante una residencia en la galería Revólver (2010) en Perú José Luis Landet fabricó una máquina para dibujar al revés. Con una pantalla de televisión y un circuito cerrado el dispositivo filmaba espejando el soporte de papel sobre el cual Landet dibujaba mientras miraba la imagen invertida que el monitor proyectaba en vivo y en directo. El resultado fue más de un centenar de dibujos que emanan el desquicio y la fragmentación resultante de la inversión que implicó trabajar con el hemisferio opuesto del cerebro.
Una máquina que reorganice y deshaga lo aprendido, un espejo que refleje lo siniestro de todo acto cognitivo y programático, quizás sea la única posibilidad para reconstruir el sentido. Pero no como una operación consciente y racional sino desde el desequilibrio a ciegas para que el azar nivele otra vez las relaciones siempre tensas entre la norma y la desmesura, entre la razón y el instinto, entre lo humano y la máquina. Ese gesto que trabaja desde la desproporción y disloca nuestra percepción nos reintegra y reconcilia con el hemisferio desplazado. Y así como en un acto de fe, nos invita a pensar desde los márgenes y fuera de las formas otros modelos de construcción de relaciones.

Somos hijos de una generación que sufrió el desmantelamiento programado de su proyecto cultural y educativo. Una generación que  puso en duda los fundamentos de una sociedad autoritaria, egoísta  y desigual, y que por ello fue perseguida y combatida. Hoy vivimos fragmentados y caminamos entre las esquirlas, signados por la angustia de saber que ya no hay sistemas que funcionen y que tal vez el único modo de salir del desasosiego y la falta de fe sea poniendo todo lo aprendido patas para arriba.

Cuando la tradición se nos presenta como el recuerdo terrorífico  de lo que ha sido impuesto a la fuerza, quizás una salida posible sea mirar los márgenes. Tal vez ahí se encuentre depositada la posibilidad de enmendar nuestros lazos con el pasado y así hacerlo presente.

En pintura se denomina margen  tanto a los bordes de un  cuadro como a los cuadros que forman parte de una zona que está fuera del mundo del arte, y que fueron pintados por personas que no son consideradas artistas, y tampoco sus trabajos son considerados “arte”. Cuadros de pintores amateurs, pintores de domingo, que trabajan en las sombras, y sus firmas -siempre en los márgenes- no hacen más que  reafirmar su anonimato. Pinturas que tendrán como único destino ser vendidas por una pequeña suma de dinero que con suerte equivale al costo de los materiales, lienzos destinados a ser objetos de segunda mano en el mercado de pulgas.

Como los restos de un diluvio Landet recoge esas pinturas aparentemente inofensivas, pero que guardan en su matriz las fuerzas residuales de un pasado conservador y reaccionario, que son también parte del imaginario mediocre de una burguesía  que aún hoy en día parece resistirse, agazapada y condenada a vivir el derrotero bucólico de una idea de tradición que ya a nadie le pertenece.

Allí otra vez el sistema invierte el sentido para crear un nuevo orden. Landet desnuda y pone en evidencia lo que, por estar en los márgenes, no se quiere ver. Reorganiza el material en una lógica que a su vez lo desarticula. Trabajando desde la negación de la forma que se le presenta, crea un sistema monstruoso y vital, que nos obliga a ver y reconstruir desde un tiempo perdido -que tampoco es aquel de las utopías revolucionarias y de emancipación que le fuera negado a nuestros padres, sino que es un tiempo fuera del tiempo y que asume la fragmentación como algo constitutivo y no como consecuencia y efecto de aquel desmantelamiento. Afirmación que también construye sobre los restos una pregunta tan incómoda como necesaria, ¿si el pasado se presenta con una  imagen aterradora y todo sistema se ha vuelto inhumano, que herramientas nos quedan para religar con lo aprendido? 

El arsenal que presenta Landet pone en evidencia que cierta tradición que está en los márgenes del arte contemporáneo y que ha perdido su resplandor, está conformada por imágenes opacas de paisajes donde la burguesía agroganadera construyó el Estado argentino y que debajo de esa tierra subyace un cementerio invisible. Muchas de las pinturas que Landet encuentra en el mercado de pulgas forman  parte de ese imaginario nostálgico que articula el poder, la cultura y la economía de la burguesía con el mito de La Pampa. Landet, como un antropófago, deconstruye el imaginario costumbrista recortándolo, y con sus pedazos compone  un universo desfigurado que en una abstracción barroca, excesiva y vital nos devuelve la siniestra desmesura de habernos liberado.

Tomás Espina
Syd Krochmanly


viernes, 13 de diciembre de 2013

La patria es el Otro


Políticas de la amistad durante el kirchnerismo.

por Syd Krochmalny*

I. El problema político de la amistad.

La oposición acusa al kichnerismo de fomentar los antagonismos, de restringir la libertad, de corrupción, de avasallar la justicia y los medios de comunicación. Asociado al fantasma del autoritarismo, los sectores que concentran el poder económico, político y cultural, usan la inflación, las corridas bancarias y el fogón discursivo como armas destituyentes. No sólo las corporaciones, los medios concentrados, las fracciones del peronismo, los republicanos o los políticos zen -acompañados del gurú hindú o del rabino multicolor- culpan al gobierno de dividir sino también los blogueros cínicos que leen a Marx, Weber y Deleuze. ¿Pero qué se le pide al gobierno? ¿Escucha, unión y amor? ¿Qué sea el mejor amigo de sus enemigos? ¿Qué estreche las manos de aquellos que lo amenazan de muerte allí mismo donde se asedia a lo político? Los formadores de opinión le adjudican estas preguntas a "la gente", como si ellos fueran los intérpretes de una masa supuestamente transparente y compacta llamada pueblo. Detrás de estos interrogantes se desliza la exigencia de lo Uno, de lo común, la cual rige ciertas formas de pensamiento así como la política clásica de la amistad.

En la vida política contemporánea la amistad puede traducirse en el anhelo de la comunidad, de lo propio y lo común, la cual se inscribe en una antigua forma de pensar lo político. Este modelo remite a la amistad griega, una relación social que implica el acto y la actividad de amar. Según Aristóteles, al sujeto de la amistad, que tiene que ver con la justicia y la política, le conviene amar antes que ser amado para así crear la mayor amistad posible. De este modo, Eros y Filia son dos máquinas constructoras de relaciones aunque siempre agazapadas por el otro principio de Empédocles, el neikos, la destrucción, la disolución de las uniones y las formaciones creadas por la amistad.

La modernidad surge con la nostalgia de la desaparición de los lazos comunales, y con el anhelo de restituir la comunidad perdida a través de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Este último principio, el más antiguo de la vida política, desapareció de los discursos revolucionarios de la burguesía, y volvió en el siglo XIX en la disputa entre los valores de la igualdad y la libertad, donde la hermandad se constituyó como el destino de la comunidad, tanto para las fraternidades del socialismo utópico como para los camaradas del comunismo. Mientras se desplegaba la lucha armada de clases que Kautsky objetaría en la segunda internacional: una revolución sin violencia, o como prefería Bernstein, la transformación social.

De todas formas, en gran parte del pensamiento político de la modernidad, que nace con una teoría política de la enemistad natural, habría un consenso generalizado de que la amistad no podría ser el fundamento de la sociedad, una forma de vida en la que impera lo impersonal. A su vez, para el mismo Aristóteles hay una relación problemática entre la amistad y su número: no se puede ser amigo de la muchedumbre. Así el problema por excelencia de la modernidad sería la coexistencia entre gente que poco o nada tiene en común, entre los que compiten mutuamente y no sólo entre aquellos que son rivales sino también entre los enemigos, incluso entre quienes quieren matarse entre sí.

Las sociedades no son totalidades estables, ni agregados de individuos, sino que se constituyen en complejos ensambles, estructuras y redes de poder, intereses, siendo lo político justamente la traducción de esa tensión en una organización social que no se puede basar en la amistad. Aunque podría fundamentarse en otra especie de amistad, la de los extraños, donde la política resguarda la distancia infinita de los amigos y también de los enemigos. La amistad nietzscheana, la del encuentro entre desiguales, de los diferentes, de aquellos que reconocen su única igualdad en el diferir mismo. Así la sociedad es la comunidad de los sin comunidad, de los extraños, los anónimos, los diferentes.

II. Del nepotismo y el capitalismo de amigos.

Al kirchnerismo se le adjudica la creación de falsos enemigos y se le exhorta respetar al otro, al que no piensa como él. ¿Se le pide que sea amistoso? Pero inmediatamente se escucha su reverso: el gobierno propagaría el capitalismo de amigos entregando la construcción de viviendas y otros tantos negocios a conocidos y no expertos: todos ellos, simpatizantes y co-contratantes del gobierno, parte de la burguesía oficialista, quienes invierten con una ayudita en vez de promover el capitalismo laissez faire. También, el gobierno suscitaría la inserción familiar en el Estado: la sucesión del mandato presidencial en manos del matrimonio K, el fantasma de la reforma electoral, la hermana del ex presidente en el Ministerio de Desarrollo Social, y el hijo, dirigente principal de la Cámpora.
Evidentemente, la noción de capitalismo de amigos solapa una idea de sociedad compuesta por mónadas que buscan su propia ganancia en ausencia del Estado, una sociedad que gracias al impulso lucrativo, el beneficio se derramaría por una mano invisible al resto de los ciudadanos. Esta idea inaugural de la economía moderna, no sólo fue criticada por Marx en su análisis del proceso global del capital en el que describe las crisis cíclicas del capitalismo provocadas por la baja tendencial de la tasa de ganancia, también detalladas por Engels, definidas por Kondrátiev en su teoría de las ondas largas y formalizadas por Schumpeter. A su vez, Keynes refutó los postulados de la teoría clásica, según la cual la economía se regula por sí misma tendiendo al equilibrio y al uso pleno los medios de producción y trabajo. Para sostener el equilibrio entre la oferta y la demanda observó que era necesaria la intervención del Estado en la economía con el objetivo de regular el mercado, por ejemplo, con la utilización de los ahorros privados para el beneficio común, la creación de empleo público, en definitiva manejar tres variables macroeconómicas: la política monetaria, las tasas de interés y la demanda agregada.

El término capitalismo de amigos no sólo carece de sustento teórico, a razón de ser un modelo explicativo y esquemático al que se le opondría un modelo de sociedad de intercambio racional, de economía perfecta. También por ser un eufemismo que critica la intervención del Estado en las fallas del mercado, orientadas a regular las relaciones entre capital y trabajo, promover la asistencia pública y el bienestar social, garantizar los bienes públicos, proteger los recursos naturales y financiar un sistema de defensa nacional y de seguridad pública que garantice la paz- características mínimas de cualquier Estado moderno.

Del mismo modo sucede con la noción de nepotismo aplicada al gobierno, modelo social opuesto al meritocrático darwinismo social. En el primero, el reclutamiento de los cuadros políticos sería parecido al modelo de competencia perfecta en el mercado. Sin embargo, además que en el aparato burocrático del Estado haya un sinnúmero de mecanismos formales de participación e inclusión, en política entra en juego una diferencia ética y alianzas estratégicas que configuran las relaciones entre los grupos que construyen y conspiran modelos distintos de sociedad. No hay bondad ni maldad natural, sino un campo de posiciones heterogéneas donde se configuran diferencias políticas que se resuelven en acciones concretas. Cualquier acto político impacta en el campo social redistribuyendo los sujetos, los recursos y afectando intereses, el cual puede introducir cambios en la cultura.
Así en la última década el gobierno llevó a cabo una serie de transformaciones: reactivación económica, disminución de la desocupación y de los índices de pobreza e indigencia, desendeudamiento, crecimiento económico y redistribución del ingreso. Estas medidas produjeron la integración de nuevos sectores al mercado de trabajo, y beneficios para las clases trabajadoras y medias que redujeron las posibilidades de acumulación de capital para los sectores del poder económico que quieren cambiar las variables macroeconómicas para volver a un modelo de concentración y centralización: enfriamiento de la economía, devaluación, recorte del gasto público, eliminación de retenciones y subsidios.

La herramienta que hubiera permitido al gobierno luchar contra la inflación fue la ley 125 de retenciones móviles, de cuya fuente de ingresos el Estado iba a alimentarse para sostener el gasto público y mejorar la redistribución del ingreso. Proyecto de ley que hubiera dado la posibilidad de sortear la atadura cíclica del stop and go, el cual ha clausurado las etapas de crecimiento económico en la Argentina y que constituyó a la burguesía agroexportadora en el primer enemigo que intentó sitiar al gobierno actual con un golpe civil. Si esta ley hubiera sido negociada y aceptada por la mesa de enlace hubiera significado la redistribución de la renta excepcional del sector agroexportador al resto de la sociedad, constituyendo una verdadera alianza de clases entre el campo y la industria para un Estado Nacional que necesita profundizar el modelo: industrialización por sustitución de importaciones con inclusión social y distribución de la riqueza. Después de que Massa se opusiera a la ley 125, hizo un lobby en contra del gobierno nacional en la embajada de los Estados Unidos. Años más tarde, el Capriles de las Pampas plantea en su plataforma política la unión del campo y la industria, sin dar cuentas del plan que resolvería el desarrollo industrial sin las contradicciones estructurales con el sector agroexportador que han marcado a sangre y fuego la historia argentina a través de golpes militares.

III. La batalle cultural y los enemigos del kirchnerismo.

La batalla cultural es un término que permite entender la política, más allá de la ideología de la administración y gestión, como un sistema de poderes y decisiones inscriptos en relaciones de fuerzas y visiones del mundo. Toda política económica, comunicacional, de derechos humanos implica estar atravesada por la cultura, entendida como el sistema de signos que una comunidad humana ha producido en su historia y que reproduce en la vida social, y que se orienta al actuar en el mundo haciendo posible las interacciones, las relaciones y la comunicación. En una época en que coexisten distintas comunidades en sociedad, y en una sociedad democrática donde el poder es un lugar vacío, no hay lugar para la representación de una totalidad orgánica. Entonces, en la totalidad destotalizada de la vida social hay códigos culturales compartidos y otros en conflicto, en pugna a ser definidos, siendo el disenso y la pasión, en palabras de Chantal Mouffe, el alimento vital de la democracia.

La batalla se produce por medio de ideas y decisiones que transforman las distintas áreas de la sociedad. Estas propuestas y acciones deliberadas proponen intervenir en los códigos culturales, modificar las relaciones sociales, los modelos de conducta, y las creencias que forman parte de los distintos grupos humanos. La política de la memoria, la ley de medios, el matrimonio igualitario, fueron medidas que movilizaron a distintas partes de la sociedad en su favor, y otros -militares, medios concentrados y la iglesia- en contra. La competencia política que reclama la igualdad de los sujetos como sujetos políticos, cuestiona e interviene en las formas que organizaron la vida en las diferentes esferas sociales hasta el momento.
En el kirchnerismo el otro no es cualquier otro. Aunque el menemismo fuera superado en las elecciones presidenciales ha dejado una herencia profunda en los males de la sociedad. También, luego de que se promulgara la ley 25.779 que anula las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, y un fallo de la Corte Suprema de Justicia, se llevaron a cabo los juicios por delitos de lesa humanidad contra los militares de la última dictadura. Posteriormente, el proyecto de ley de las retenciones móviles condujo a una de las luchas más virulentas contra los sectores concentrados de la burguesía agroexportadora; la ley de medios contra el monopolio del grupo Clarín -que a pesar de haber sido votada y aprobada aún no se ha aplicado por las medidas cautelares. La ley de matrimonio igualitario movilizó en su contra a la Iglesia Católica, la recuperación de empresas que habían sido modelo del Estado Nación, YPF y Aerolíneas Argentinas, causó una reacción fuerte del capital transnacional. El FMI y los fondos buitres promueven un modelo económico de valorización financiera, siendo la deuda, según Mauricio Lazzarato, la base del modelo de acumulación actual.

Pero los opositores no sólo se constituyen por fuera del movimiento, sino también aparecen en su interior: desde el peronismo federal hasta la traición del vicepresidente Cobos que vetó la ley 125. En las filas de la oposición se agruparon miembros del primer kirchnerismo, como Roberto Lavagna, Alberto Fernández, hasta miembros del Gabinete del gobierno de Cristina, como Sergio Massa, quién representa en la actualidad el opositor más fuerte al gobierno. Incluso en esta línea podría incorporarse a Daniel Scioli quién levantando la bandera de la lealtad quiere afirmarse como sucesor inevitable de Cristina, y de esta forma, plantear una salida ordenada del kirchnerismo: "sé mi enemigo por amor de la amistad" (Blake). En este contexto, me imagino a Cristina citando el apóstrofe no sólo inversor sino trastocador que le fue atribuido a Aristóteles: ¡Oh amigos míos, no hay ningún amigo!

IV. Macri, Massa y Kirchner.


Pareciera haber, incluso al interior del gobierno, un consenso general de que las políticas de la enemistad no son favorables para las imágenes de los candidatos en el nuevo mapa político de caras a las elecciones legislativas de octubre y las presidenciales del 2015. En el reportaje que Cristina concedió a Hernán Brienza y que fue transmitido por la televisión pública, la presidenta negó que el fundamento político del kirchnerismo se inscribiera en la relación amigo-enemigo formulada por Carl Schmitt, luego que años atrás el diario Crítica "denunciara" el vínculo teórico-político con Néstor Kirchner.

De este modo, las plataformas de la oposición se enmarcan en las supuestas políticas de la amistad. Incluso en aquellas en las que se enmascara o disfraza los slogans por una pretendida "amistad a los hombres". Las críticas que el gobierno ha padecido, mutaron en los valores enunciados en los programas electorales: "diversidad, el respeto y la cooperación" dice el Frente Renovador (FR). "Desde la pluralidad nos escuchamos, nos respetamos, aprendemos unos de otros" sostiene el Pro. En ambos casos el modelo de campaña se inspira en el catch-all party. 

"Sabemos que una opinión distinta no representa una amenaza, si no que por el contrario, representa una oportunidad para mejorar" (sic). Las opiniones diferentes en materia de política cambiara o de demanda agregada pueden empeorar o mejorar sustancialmente la vida los trabajadores. Ignacio de Mendiguren, Martín Redrado y Miguel Peirano, integrantes del equipo económico de Sergio Massa, han planteado políticas económicas que promueven la devaluación, la eliminación de retenciones y subsidios, y ajuste. Si las opiniones pueden trasladarse en medidas políticas concretas éstas se traducen en diferentes modos de vida: en un dígito o dos de desocupación, en el crecimiento económico o el congelamiento, en la distribución del ingreso o en la concentración de capital.

"El mejor equipo para gobernar es el que entiende la política como un servicio público". La ideología anti-política que considera a los asuntos del Estado como administración de la cosa pública, representa no sólo la mirada del Pro, también la del FR. La visión articulada de la política, el Estado y la gestión es de aquellos que están "más allá de las divisiones del pasado y que quieren construir un futuro" (Massa), para quien los problemas de la sociedad son transparentes y neutrales. Esta idea de lo político no sólo está en las antípodas del pensamiento marxista y de Schmitt, sino del pensamiento político liberal. El mismo Max Weber cuando pensaba en las relaciones entre el político y el científico social, al primero le atribuía las metas y los valores de la comunidad que representa. En cambio, el analista sólo puede garantizar más o menos la enclenque objetividad de las ciencias sociales acerca de cuáles son los medios más idóneos para que el político logre alcanzar sus metas. 

Las plataformas electorales del FR, el Pro y Unen postulan un mundo sin fisuras, una totalidad cohesionada y homogénea, la cual se adecuaría a opiniones políticas diferentes que la conducirían a un estado mejor ("El país que queremos solo se construye si estamos todos: los más de 40 millones de argentinos"). En cambio, la plataforma electoral del FPV considera un mundo heterogéneo y complejo, con grietas y conflictos donde el Estado se define como "el árbitro de las relaciones sociales", la política como "un sistema de decisión e instrumento del cambio social", y la economía como "una herramienta para definir un proyecto de país".

V. Políticas de la amistad en la masa de singularidades.

En el peronismo clásico el sujeto se constituía en la masa tradicional en la que todos eran iguales entre sí y ninguna diferencia cuenta, ni siquiera la de los sexos. En cambio, durante el kirchnerismo los sujetos de derecho son múltiples y se articulan sobre la base de distintas variables -clase, género, edad, etnia, cultura- en situaciones específicas. De este modo, la política del kirchnerismo se diferencia del primer peronismo porque no aborda a la masa unificada y compacta encarnada en el movimiento obrero tradicional donde el individuo no tenía visibilidad, sino en un cuerpo social donde la diversidad está contemplada y en la que se abraza la diferencia antes que la homogeneidad. Allí se da la posibilidad de la amistad, en la política que actúa en el entramado de los sujetos disímiles que atraviesan lo económico, lo social y cultural.

Por ejemplo, Susana Trimarco, madre de una joven secuestrada, recorrió prostíbulos disfrazada de prostituta tratando de encontrar a su hija y a lo largo de su investigación estuvo ayudando a recobrar la libertad de muchas mujeres en las redes de trata. La agrupación HIJOS trabaja en la recuperación y la reconstrucción histórica de la identidad de sujetos individuales y colectivos, que fueron apropiados y cuyos padres fueron secuestrados, torturados y asesinados durante la última dictadura militar. La ley de identidad de género permite a cualquier ciudadano argentino mayor de edad contar con el nombre y el sexo en el DNI tal como cada uno lo sienta. Como primer antecedente, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación presentó un Amicus Curiae (amigo de la corte o amigo del tribunal) ante el Tribunal Superior de Justicia para que Dominique Pilleri, una travesti que cumple condena en un establecimiento para hombres, sea trasladada y alojada en una cárcel para mujeres.

Podríamos agregar, la Asignación Universal por Hijo, el aumento de las jubilaciones, el plan Procrear -créditos hipotecarios para la construcción, ampliación, terminación y refacción de viviendas-, la ley de medios, la ley de matrimonio entre las personas del mismo sexo, entre otras medidas, como políticas que encuentran en la sociedad la variedad de sujetos en funcionamiento. Una lógica del don sustrae así la amistad a su interpretación filosófica dispuesta en el campo social y político, a diez años de gestión, políticas de la amistad que llaman a la no reciprocidad, a la desproporción, a la disimetría, a la irreducible prelación de un pueblo de singularidades.

*Texto publicado en Mancilla año 3, número 6, noviembre de 2013. 

domingo, 17 de noviembre de 2013


Viernes 15 de Noviembre de 2013

RON MUECK: LO REAL COMO IMPOSIBLE

El escultor hiperrealista australiano Ron Mueck reproduce la figura humana con excepcional precisión técnica. Con resina, fibra de vidrio, silicona y pintura acrílica transmite la tristeza, la furia, el disgusto y el miedo. El Doctor en Ciencias Sociales Syd Krochmalny analiza la obra de este artista que crea seres siniestros, familiares y extraños que, a partir de mañana, estarán expuestos en la Fundación Proa.
Por Syd Krochmalny
En el mundo del arte, la fantasía de Hefesto de fabricar criaturas sigue viva a la par del intento por huir de lo real. Desde la abstracción al conceptualismo, el modernismo se fue despojando de los elementos tradicionales hasta desmantelar el sentido de representación. A pesar de esta tendencia, las artes visuales nunca han podido eludir la irrupción de lo real. Esa condena atraviesa todas las épocas. Como en la paradigmática obra de Courbet, El origen del mundo, que se sostiene en ese límite tan lábil entre lo sublime y lo abyecto, preparando el camino para el pasaje del realismo a la abstracción. Quizás sea la primera obra hiperrealista de la modernidad. En el contexto actual, el trabajo de Ron Mueck no es simple mímesis, ni el retorno de lo real, sino una poética en la que las categorías de lo real y lo imaginario no se distinguen.
Mueck alcanzó el reconocimiento internacional por esculturas hiperrealistas en las que reproduce la figura humana con excepcional precisión técnica. Una madre con su hijo, una mujer con las compras, una pareja joven tomándose del brazo y otra adulta bajo una sombrilla, son algunas piezas que se exhiben por primera vez en Latinoamérica en la Fundación Proa. Hechas con resina, fibra de vidrio, silicona y pintura acrílica, las expresiones faciales y corporales oscilan entre la tensión y la relajación muscular atravesando las distantes emociones de la vida y la muerte: tristeza, furia, disgusto, miedo.
Las figuras no sólo logran reproducir detalles de la anatomía humana -como los pliegues de la carne y el cabello-, sino que tematizan la imperfección de los cuerpos: dejan de responder al ideal clásico de la proporción matemática, el David de Miguel Ángel. No son cuerpos idealizados por la moda o el espectáculo de la sociedad contemporánea sino que se ubican cerca de las especulaciones del grotesco. Son figuras que no tienen nada que ver con el cuerpo glorioso de la juventud, sino con el cuerpo del niño, del anciano, del enfermo, de la angustia, de la tragedia. Parecen respirar. Producen la sensación de estar cerca. Pero no representan el cuerpo de gracia (impasible, ágil, sutil y claro) sino el de la vida cotidiana (perturbado, torpe, pesado y opaco). No el cuerpo divino sino el mundano: un joven que observa la herida en su tórax; un hombre desnudo, sentado en un bote, mirando la nada.
Al ser un conjunto de piezas escultóricas, la perfección de la técnica hace que la obra de un pasó más allá de la representación hacia el simulacro. La pintura realista queda atrapada en la representación porque opera en el plano bidimensional, en cambio la escultura alcanza la apariencia, penetrando en la simulación: trabaja en el campo volumétrico. En el simulacro del cuerpo humano hay ojos donde habría ojos, y ropa cuando están vestidas: elementos reales, o post-escultóricos, cubren y forman algunas partes del cuerpo de estas piezas.
En el cuerpo frío y rígido de la resina Mueck implanta, uno por uno, pelo humano: la temperatura real de la materia viva le devuelve el original a la copia. Es a partir de otro recurso, ya no el imaginario que evocan los temas o el contenido, sino la estética de los materiales vivos y muertos que pone de relieve los problemas existenciales de la vida y la muerte. Es también, de esta manera, que el pensamiento se produce por una operación técnica refractado por la elección de los temas y los elementos simbólicos e iconográficos.
La vida cotidiana está presente también en los elementos temáticos de las piezas. En Mujer con las compras un bebé se asoma por debajo del sobretodo de tweed que cubre el cuerpo de la madre proporcionando la sensación de que aún está embarazada o que está pariendo por su pecho. Sus manos sostienen dos bolsas con comida. Por la ropa podemos deducir que pertenece a la clase obrera, y por su mirada que no tiene suficiente dinero para una vida cómoda y rebosada de satisfacciones.



La obra de Ron Mueck alcanzó el grado mayor de desarrollo técnico que había iniciado el Renacimiento y que ha estado marcado por el ocularcentrismo entendido como la supremacía de lo visual -frente a otros sentidos del cuerpo humano como el oído o el tacto- para el conocimiento y el dominio de la naturaleza. Es el modelo visual que se considera hegemónico en la sociedad moderna, con la noción de perspectiva en las artes visuales, el perspectivismo cartesiano, la filosofía como espejo de la naturaleza y la realidad como universo matemático. Es la adopción de un orden visual del mundo con la mirada fría que implica un universo mensurable, y humanamente reproducible y modificable. Las esculturas de Mueck reproducen la figura humana en el espacio geometrizado y racionalizado del empirismo orientado a la observación del mundo y su espectacularidad. Es la duplicación minuciosa de lo real, en la que no hay metáfora ni metonimia, en la que lo escópico se ha vuelto operacional en la superficie de las cosas.
Pero no sólo es la objetividad de la mirada pura, sino también la introducción de lo irreal en aquello que parece tan real y tan parecido a nosotros. Una de las operaciones más interesantes del artista australiano es el trabajo con las escalas. La alteración de las magnitudes lleva al cuerpo a diferentes grados; si bien las esculturas tradicionales siempre han cambiado la escala real humana, en este caso el efecto es diferente. Las figuras son más pequeñas que cualquier ser humano -un hombre a la deriva que no supera el metro veinte de altura- o más grandes -una pareja de tres metros. Si lo real está dado por la mirada mimética, el desplazamiento de las magnitudes a valores imposibles aunque proporcionales al ser humano introduce lo irreal en lo real. De este modo, lo real y lo imaginario, están presenten simultáneamente en el hiperrealismo de Mueck: el espectador se encuentra frente a humanos gigantes o ante seres de un metro pero tan humanos, tan íntimos que, a pesar de su imposibilidad, se hallan en un escenario equidistante al espectador
La poética de las esculturas no está sólo en el orden de los materiales y la técnica sino en los gestos, las posturas y las microescenas que las piezas proponen: en la dimensión simbólica de lo imaginario. En una vemos una mujer desnuda cargando sobre su cuerpo un fardo de ramas más grande que ella, el cual impulsa su columna hacia atrás, y con el gesto al andar sentimos el peso de las maderas y la fuerza con que las lleva. Esta figura parece encarnar el mito de Sísifo. A su vez, la poética del gesto es también perturbadora en la pareja joven en la que el hombre toma la muñeca de su novia por la espalda y deja simulando su otra mano en el bolsillo. Gesto mínimo en el que la violencia masculina es sigilosa pero contundente. La escultura es una pareja joven vestida de verano, ambos en bermudas, él en zapatillas, y ella en ojotas, que parecen estar en el espacio público, y que han peleado, pero los dos no están solos porque se comportan desde el punto de vista del ojo del transeúnte o de las cámaras de vigilancia, como si alguien los pudiera ver. En definitiva están frente al público, y la postura devela que algo nos ocultan, que debemos imaginar y suponer. Es una escultura que está sometida a la instancia policíaca de la mirada.
Quizás la obra que condensa el arte de Mueck sea Máscara II. Allí se observa el rostro de un hombre durmiendo. Los detalles de las cejas, los párpados, las pestañas, los labios que parecen exhalar aire y la barba de un día, componen una gigantesca máscara. Es una máscara tan real que no parece una máscara: la superficie sobre la que está apoyada ejerce presión en su mejilla, como si esta estuviera hecha de carne y tejidos humanos. Por detrás, vemos el hueco para que un supuesto gigante que quisiera imitar a un simple humano introduzca su cara: es la máscara para que un ser fantástico quiera ocultarse en la realidad.
La estética de las esculturas de Mueck eleva la realidad al arte inyectándole imaginación. Lo real como imposible, la pasión inútil del hombre por hacer real el artificio o lo imaginario. Los seres siniestros de Mueck son, a la vez, familiares y extraños.
* Syd Krochmalny es Doctor en Ciencias Sociales, Magister en Comunicación y Cultura,
Licenciado en Sociología (Sociales, UBA) y artista. Tiene una beca posdoctoral del Conicet con sede en el Instituto de Teoría e Historia del Arte Julio E. Payró. Forma parte del consejo editor de la revista delCIA. Sus últimas obras, The naked soul y El origen del mundo, se exhibieron en el Old Calton Cemetery, Edimburgo, y en la Escuela de Artes y Humanidades de la Universidad de Stirling, Escocia, en abril y mayo de 2013.

jueves, 7 de noviembre de 2013


Hoy a las 22hs estaré develando misterios y creando otros en una conversación de dos horas con la genia de Vivi Tellas en Gualicho Radio UBA 87.9!
Gualicho!
una larga conversación
con el misterioso Syd Krochmalny
+ su biografia musical
el jueves a las 22hs en radio Uba 87.9
tambien por internet!




Gualicho

        de Vivi Tellas

        En una época de charlas cortas y rápidas, Gualicho se propone estirar el tiempo. Una conversación larga de dos horas con un solo invitado para transcurrir en el    tiempo sin apuros. Para derramarse, desparramarse y desbordar. Para irse en el  tiempo sin apuros. Para irse por las ramas, para ir y volver. Durante la conversación el conversador invitado comparte su biografía musical, las músicas que marcaron su vida, las músicas que tienen relato.

Los invitados hasta ahora; Rosario Blefari, Rodrigo Moreno, Gabriela Bejerman, Marina Mariasch, Esteban Brenman, Maruja Bustamante, Andrés Di Tella, Sivia Gurfein, Horacio Gallo, Eduardo Stupía, Edgardo Cozarinsky, Gabriela Nouzeilles, Roberto Jaboby, Nadine Lawson, Manuel Hermelo, Mariela Scafati, Diana Szeinblum, Adrian Pascoe, Florencia Polimeni, Emilio del Guercio Esteban Insigner, Rita Pauls, Silvia Gomez Giusto, Leonardo Sacco.