sábado, 3 de noviembre de 2007


Del fondo indistinto una presencia emergió
a veces sólo era el llamado
en la pradera inquieta
y los ojos del muro
del indecible mundo bajo
la frente

*

continuas aquí, ya sabes que en breves intervalos nosotros compartimos nuestros afectos con los desválidos, a pesar de que conserves el olvido y la sangre agolpada… aunque no tan lejos… no había fuego… sólo observaban allí los del pluvioso, por eso nos hemos perdido en el límite de la visibilidad, como cabezas de alfiler sobre algodonado cielo.
¿Dejarías de estar inerme si no estuvieras sola, ave moribunda? Pues las ostras serían un buen preludio.

¿pues, ves en mi serenidad alguna ofensa? Esta barahunda entre nada y vacío.

*

Te he invadido y disuelto y, sin embargo, reflectas hacia mí miles de temerosas imágenes solubles y crípticas.
Los párpados se borran, se oyen ecos de respiraciones profundas.

Exhalación
Inhalación
inhalación
exhalación
exhalación

Caigo, vuelo, picoteo el frío de la mar, las algas enredan mis piernas, la piedra viaja horizontalmente, en la pleamar del plenilunio planeo para el posible plazo pleno pero oscilo entre espacios vacíos y disponibles.



fragmentos de Cortesanas Remembranzas, Syd: 2005
foto: 2007, NY, Brooklyn

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